El mármol es uno de los materiales más antiguamente empleados en diseño interior. Símbolo de riqueza y estatus, ha estado presente a lo largo de los siglos en palacios, mansiones y residencias de todo el mundo. Desde edificios romanos a palacios versallescos, el mármol se ha utilizado como piedra estructural y ornamental en salones, pavimentos, baños o fachadas, siendo quizás el Taj Mahal el monumento más conocido construido en este material.
Derivada del vocablo griego marmaron (“roca cristalina” o “roca brillante), esta roca metamórfica de grano fino procedente de la piedra caliza es capaz de brillar de forma natural una vez pulida. En la Grecia antigua se utilizaban las variedades más famosas, extraídas del monte Pentekilon y y Parpessa. En el VII su difusión cruzó a Italia y acabó siendo muy importante en la arquitectura bizantina. En la Edad Media comenzó a utilizarse para revestir y pavimentar gracias a las nuevas técnicas de extracción, y en el Renacimiento y el Barroco vivió su momento de máximo apogeo.
En diseño interior nunca ha dejado de utilizarse en sus múltiples variedades de colores (amarillento, rosado, amarronado), siendo probablemente el mármol Travertino, de un tono entre beige y crudo, el más presente en baños y portales de todo tipo de edificios y viviendas.
Si bien en la última década el mármol había quedado algo relegado como un material ligeramente caduco, en los últimos tiempos interioristas y decoradores de todo el mundo han vuelto a emplearlo con fuerza en suelos, encimeras, mobiliario, complementos o paredes, si bien eligiendo tonos más blancos y puros y dejando algo de lado las variantes coloridas. En este sentido, el italiano mármol de Carrara, el más blanco, puro y caro de todos ellos (fue el mármol preferido por Miguel Angel para esculpir sus esculturas), y nuestra variante nacional, el mármol blanco Macael, de Almería, han saltado a la primera fila de las tendencias en interiorismo.
Gracias a su color blanco, estas variantes de mármol combinan con todo tipo de tonos, si bien casan a la perfección con el negro, el cobre y el dorado, gracias al fuerte contraste que ejerce con estos tonos.
Como material, a pesar de su resistencia, resulta no obstante algo delicado. En encimeras de cocina hay que cuidar de no dejar nada caliente encima, pues dejaría cerco, y al ser roca caliza tiende a absorber grasas, ácidos y determinados productos de limpieza, por lo que pueden quedar manchas. Tampoco se aconseja emplearlo en pavimentos de cocina por el riesgo de que caigan objetos pesados y metálicos que lo dañen. En los baños hay que tener cuidado si se utiliza en pavimento pulido pues es muy fácil resbalar por el mismo, y tampoco se aconseja si se tienen mascotas, pues la orina de perro o gato puede dejar manchas permanentes.
Aún así, es un material de indudables propiedades estéticas, que transmite limpieza y pulcritud gracias a su superficie brillante, siendo muy utilizado en revestimiento de paredes, escaleras y elementos ornamentales en general.FUENTE:http://decofilia.com/blog/el-marmol-en-la-decoracion-de-interiores/
Derivada del vocablo griego marmaron (“roca cristalina” o “roca brillante), esta roca metamórfica de grano fino procedente de la piedra caliza es capaz de brillar de forma natural una vez pulida. En la Grecia antigua se utilizaban las variedades más famosas, extraídas del monte Pentekilon y y Parpessa. En el VII su difusión cruzó a Italia y acabó siendo muy importante en la arquitectura bizantina. En la Edad Media comenzó a utilizarse para revestir y pavimentar gracias a las nuevas técnicas de extracción, y en el Renacimiento y el Barroco vivió su momento de máximo apogeo.
En diseño interior nunca ha dejado de utilizarse en sus múltiples variedades de colores (amarillento, rosado, amarronado), siendo probablemente el mármol Travertino, de un tono entre beige y crudo, el más presente en baños y portales de todo tipo de edificios y viviendas.
Si bien en la última década el mármol había quedado algo relegado como un material ligeramente caduco, en los últimos tiempos interioristas y decoradores de todo el mundo han vuelto a emplearlo con fuerza en suelos, encimeras, mobiliario, complementos o paredes, si bien eligiendo tonos más blancos y puros y dejando algo de lado las variantes coloridas. En este sentido, el italiano mármol de Carrara, el más blanco, puro y caro de todos ellos (fue el mármol preferido por Miguel Angel para esculpir sus esculturas), y nuestra variante nacional, el mármol blanco Macael, de Almería, han saltado a la primera fila de las tendencias en interiorismo.
Gracias a su color blanco, estas variantes de mármol combinan con todo tipo de tonos, si bien casan a la perfección con el negro, el cobre y el dorado, gracias al fuerte contraste que ejerce con estos tonos.
Como material, a pesar de su resistencia, resulta no obstante algo delicado. En encimeras de cocina hay que cuidar de no dejar nada caliente encima, pues dejaría cerco, y al ser roca caliza tiende a absorber grasas, ácidos y determinados productos de limpieza, por lo que pueden quedar manchas. Tampoco se aconseja emplearlo en pavimentos de cocina por el riesgo de que caigan objetos pesados y metálicos que lo dañen. En los baños hay que tener cuidado si se utiliza en pavimento pulido pues es muy fácil resbalar por el mismo, y tampoco se aconseja si se tienen mascotas, pues la orina de perro o gato puede dejar manchas permanentes.